Me atrevo a asomarme a sus casas para hablar de un tema que en este momento está en boca de muchos de nosotros; la abundancia de producción, escasez de recursos/ la abundancia de protección, escasez de seguridad.
Este planteamiento quisiera reconducirlo hacia nuestra gestión emocional y hacerlo con conceptos objetivos relacionados con la economía, o mas concretamente con nuestra pequeña economía.
Recordad esa frase típica de “¿cómo ves la botella, medio llena o medio vacía?” que nos dejaba ligeramente fríos por su baja aportación, pues la gestión que les propongo parte de ese concepto y lo lleva a la realidad de nuestro día a día.
Nuestra vida, en todos sus aspectos, se compone de circunstancias, de acontecimientos, de situaciones de muy amplio espectro que pueden ser PROBLEMAS o PROYECTOS.
Afrontamiento ante la abundancia o la escasez
La diferencia entre estos conceptos se inicia desde su afrontamiento y aquí es donde cobra importancia esa abundancia o escasez.
Piensa en todo aquello que no posees, en todo aquello que te falta, en todo aquello que has perdido y en todo aquello que no puedes hacer… ¿Cómo te sientes? ¿triste, apesadumbrado, abatido?
Y ahora piensa en aquello que sí posees, que sí tienes, que encuentran y que sí pueden hacer… ¿Cómo te sientes? ¿esperanzado, tranquilo, activo?
Fíjate que no te he pedido que inventes o imagines nada, solamente que cuentes con lo que SI, sea la cantidad que sea, ya que desde ahí puedo afrontar mi vida. Llevándolo a nuestra realidad económica, si me centro en todo aquello que mi salario no me permite hacer, probablemente no sea capaz de hacer una hoja de cálculo de ingresos/gastos para ver mi posibilidad de ahorro y desde ahí tener algún “capricho”.
Emocionalmente nos ocurre algo similar, si estoy centrado en aquello que no consigo, mi punto de partida será ya de límite. Si mi visión es centrarme en mis valores, recursos y habilidades, desde ahí me puedo hacer un plan de mejora y desarrollo, que afronte mi realidad y me plantee objetivos asequibles.
Para terminar os dejo tres tips para afrontar desde esta perspectiva:
- Escúchense a sí mismos, y si una de las palabras favoritas de su lengua es NO, revisen su sentimiento de escasez o abundancia.
- Ante un “NO PUEDO HACER”, plantéate “LO QUE SÍ PUEDO HACER”; ante “no puedo dar abrazos” piensa en “¿que puedo hacer para expresarle mi aprecio/cariño?”.
- Una vez visto lo que sí puedes hacer, ponlo en marcha desde pequeñas acciones contando con lo que tienes para optimizarlo y rentabilizarlo, ya que con ello conseguirás aumentar tu “capital emocional”.
Les deseo una excelente y abundante gestión.
Carlos García, psicólogo en Psikids.
Si quieres puedes seguirnos día a día en nuestra cuenta de Instagram.