En la actualidad podemos encontrar múltiples etiquetas que recaen sobre los más pequeños: “no soporta los cambios en su rutina diaria”, “no atiende en clase”, “no comprende lo que se explica”, “es vago”, “lee mal”, “tiene mala letra”, “movido”, “desobediente”, “rebelde”, “impulsivo”, “parado”, y debido al peso de éstas, la autoestima se va desvaneciendo, además de acarrear fracaso escolar.
Muchas personas insisten en los refuerzos académicos o incluso en los castigos, pero y si en vez de eso ¿Nos hacemos la siguiente pregunta?
¿Y si estos niños no perciben todo aquello que les rodea como lo hacen los demás? Pueden padecer un problema de integración sensorial.
¿Qué significa esto? Que su cerebro no procesa de manera adecuada la información que llega a través de sus sistemas sensoriales y lo hace de manera desorganizada.
Nuestro cerebro está recibiendo y procesando información constantemente; si tropezamos, apoyaremos el otro pie para quedar nivelados (si nuestra propiocepción no se desarrollara adecuadamente nuestros movimientos serían más lentos), si tenemos que dar un balonazo con una pierna, la otra nos servirá de equilibrio (nuestro sentido vestibular, es fundamental para mantener el tono muscular, coordinar los dos lados del cuerpo y mantener la cabeza derecha contra la gravedad), si todo está apagado por la noche y necesitamos encontrar el vaso de agua, el sentido del tacto lo hará posible. En definitiva, nuestros sentidos, están trabajando a destajo y es el cerebro el que debe integrar la información recibida.
¿Qué es la integración sensorial?
La integración sensorial es el proceso que realiza el cerebro al tomar la información que recibimos de nuestros 5 sentidos (visión, tacto, olor, gusto y audición) del sentido vestibular (equilibrio: nos dice en qué posición poner nuestro cuerpo y cabeza) y del sentido propioceptivo (conciencia del cuerpo en el espacio), organizarla y responder adecuadamente.
Una buena integración y organización de las informaciones sensoriales son necesarias para que un niño se desarrolle correctamente.
La Teoría de la Integración Sensorial
La Teoría de la Integración Sensorial fue desarrollada en los años 60 en Estados Unidos por la Terapeuta Ocupacional y Neurocientífica estadounidense Jean Ayres. Sus estudios relacionan los problemas de aprendizaje con un procesamiento sensorial atípico, el cual puede tener un impacto en el desarrollo y la participación en las actividades de la vida diaria. Según Jean Ayres, antes de aprender a leer, escribir y calcular, tenemos que dar un significado a lo que vemos o escuchamos, debemos ser capaces de planificar nuestros movimientos y organizar nuestro comportamiento. Esta capacidad depende de la eficacia con la que nuestro sistema nervioso organiza los mensajes que nos son transmitidos.
Jean Ayres, 1979, definía la integración sensorial como “La organización de sensaciones para su uso”
El procesamiento e integración de las sensaciones constituye una base fundamental para el desarrollo de las habilidades de la vida diaria, del desarrollo socio-emocional, del funcionamiento motor y de los aprendizajes complejos. Un buen procesamiento sensorial permite que los impulsos fluyan fácilmente y alcancen su destino rápidamente.
Sistemas sensoriales
- Sistema propioceptivo:
¿Imaginas que cada vez que tuvieras que coger el lapicero, abotonarte los botones, coger los cubiertos o peinarte tuvieras que guiar los movimientos de tus brazos?
La propiocepción nos ayuda a movernos y desarrolla nuestra conciencia corporal. Se refiere a la información que nos proporciona contraer y estirar los músculos y doblar, estirar, cargar y comprimir las articulaciones.
- Sistema vestibular:
¿Y si no pudieras mirar a la pizarra y volver al papel para copiar, sin perder tu posición en el mismo?
El sistema vestibular nos da información de la postura, el equilibrio, la integración bilateral y el movimiento. Responde a la fuerza de la gravedad, la velocidad y dirección del movimiento de la cabeza.
- Sistema táctil:
¿Sabes cómo distingues entre el tacto de los dedos de una persona y el desplazamiento de las patas de una araña?
El sistema táctil es el sistema sensorial más grande y tiene una función vital en el comportamiento humano, tanto físico como mental. Nos informa de si algo está tocando nuestra piel, si ese algo es doloroso, frío, caliente, mojado, en general nos dice si un estímulo es peligroso. La integración poco adecuada de la información táctil puede hacer que el niño sea inseguro emocionalmente o tenga dificultades en relaciones sociales.
Las dificultades de integración sensorial pueden interferir en el desempeño ocupacional del niño. Es decir, en su participación en actividades de la vida diaria: actividades de autocuidado (aseo, alimentación, vestido…), actividades escolares (atención, escritura, uso de tijeras…) y de juego/ocio.
¿Qué ocurre si esta capacidad de integrar sensorialmente no funciona correctamente?
Nos encontraríamos ante una disfunción en dicha integración sensorial, en la manera en la que el sistema nervioso analiza la información de tipo sensorial, lo que significa que el cerebro no está procesando la información del ambiente y del propio cuerpo de una forma correcta.
Hay ciertos indicadores que pueden señalar si existen problemas de integración sensorial. A continuación, se indican algunos signos:
- Irritabilidad o retirada cuando se le toca.
- Evitar ciertas texturas de ropas o de comidas.
- Distracción, o reacciones de miedo al movimiento en actividades del día a día.
- Inquietud, nivel de actividad alto.
- Búsqueda de experiencias sensoriales intensas, por ejemplo dar vueltas sobre sí mismo o chocar adrede con los objetos.
- Estar en movimiento constantemente o, ser lento en activarse y fatigarse fácilmente.
- Equilibrio pobre.
- Dificultad en aprender a realizar nuevas tareas que requieren coordinación motora.
- Lentitud en la adquisición del habla, lenguaje, habilidades motora o rendimiento académico.
- Descoordinación (dificultad para usar tijeras, atarse los cordones o montar en bici).
Problemas de aprendizaje y/o comportamiento debido a una existencia de problemas en la organización de la información sensorial
La Teoría de la Integración Sensorial aplicada a niños que padecen problemas de aprendizaje y de comportamiento se basa en el hecho de que los estímulos vestibulares (los relacionados con el movimiento), los propioceptivos (los relacionados con los músculos y articulaciones) y los táctiles no son interpretados por el sistema nervioso de estos niños de la misma manera que lo hace el sistema nervioso de los demás.
Las deficiencias en el procesamiento sensorial se manifiestan frecuentemente en comportamientos de búsqueda de estímulos o de evitación de estímulos. En ambos casos, la consecuencia es que el niño se mueve mucho, lo cual interfiere tanto en su capacidad de prestar atención como en su comportamiento, que muchas veces no es el que los demás esperan de él.
Asimismo, ese procesamiento sensorial anómalo provoca que al pequeño le resulte difícil filtrar, seleccionar los diversos estímulos sensoriales que recibe. Porque atiende en la misma medida a la sensación de la ropa sobre su piel, que al ruido de un camión en la calle o a la voz de la maestra en clase. Es decir, su cerebro no es capaz de inhibir las sensaciones sin relevancia para atender solamente a las que la tienen.
Por supuesto, no todos los problemas de aprendizaje y de comportamiento en los niños se deben a una mala integración sensorial.
A veces los niños rechazan actividades no por falta de interés, sino porque les cuesta hacerlas o la actividad en sí no le brinda satisfacción (Jean Ayres).
Teresa Castells, psicóloga en Psikids.
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