EL DESARROLLO DEL SENTIDO CRÍTICO COMO ANTÍDOTO A LA INFOXICACIÓN

La infoxicación

Las tecnologías nos acercan a todo tipo de información de manera fácil y ágil; pero ¿y de manera fidedigna?

Vivimos en una época en la que podemos encontrar información de cualquier tema de manera accesible. Esto, lejos de situarnos en una posición ventajista, nos hace ser vulnerables, estar a la merced de intereses no siempre nobles, en los que se entremezclan motivos políticos, económicos, incluso personales. Cualquiera puede lanzar una opinión, una crítica, incluso una “fake news”. Estas podemos tomarlas como una verdad, que, según la importancia del contenido, puede llegar a determinar nuestro criterio en cosas de gran relevancia.

Con frecuencia, tenemos tanta información que no somos capaces ni de profundizar lo suficiente en un tema, ni de digerirla, y con mucha frecuencia, nos genera confusión. Este tipo de comportamiento informativo fue acuñado con el término de infoxicación en 1996, por Alfons Cornella.

En concreto, en la práctica clínica, encontramos a pacientes o padres de estos que vienen informados a cerca de lo que creen que les puede suceder a ellos o a sus hijos, habiendo leído información en diferentes fuentes de internet, no siempre fiables, dando lugar a situaciones de mucha confusión, especialmente con las enfermedades psiquiátricas y psicológicas. Hay que tener claro que estas enfermedades no son tangibles y con mucha frecuencia el diagnóstico es clínico, es decir, que no tenemos una prueba médica concreta que detecta la presencia o no de ese cuadro. Por suerte, en estos casos, los profesionales podemos orientar y tranquilizar desde la perspectiva de expertos.

Pero más allá de esto, ¿Qué podemos hacer cuando nuestros hijos son los que están expuestos a ese exceso de información poco veraz? Hace décadas las creencias y los valores personales se forjaban a través de la educación en casa y en el entorno más cercano de amistades. Ahora, gran parte se construye a través de la múltiple información que reciben mediante youtubers, instagramers y demás personas influyentes para ellos. Y muchos de estos valores, que reciben a través de estas fuentes externas, son contrarios a los que reciben en el seno familiar o relacional.

¿Qué podemos hacer para proteger a nuestros hijos de esa intoxicación informativa que puede llegar a determinar de manera negativa su formación emocional, su criterio e incluso las decisiones que tomen en su vida? Los padres tenemos la obligación de desarrollar el sentido crítico de nuestros hijos.

Aquí os dejamos algunas estrategias para trabajar con ellos y ayudarlos en este sentido:

 – Utilizar internet en nuestro favor para rebatir las fake news, demostrándoles que no eran veraces.

– Invitarles a que se cuestionen las cosas, trasmitirles que no todo lo que se publica y se cuenta es verdad, y que en cualquier información debería pasar por el filtro de su propio criterio y opinión.

– Transmitirles esas creencias que cuando nos hacemos mayores, a la mayoría de los adultos, nos permiten ver las cosas con cierta distancia y objetividad, como que “no hay verdades absolutas” o que “ni el malo es tan malo, ni el bueno es tan bueno”, por poner algunos ejemplos.

– No rechazar sus opiniones. Con frecuencia los niños y los adolescentes se quejan en consulta de que los padres contestan cuando exponen sus posturas cosas como: “¿tú que sabrás de la vida?”. Cuando tengamos tentaciones de juzgar esas actitudes, que indudablemente en ocasiones son vehementes y basadas en pocos datos científicos, recordemos que nosotros también hemos tenido su edad, y que, si no se es idealista y apasionado en la juventud, cuando lo van a ser.

– Hacerles discernir entre opiniones y realidades. Que alguien piense de una manera, no tiene que implicar que no haya otros puntos de vista igualmente lícitos.

Sin duda, nos encontramos en un escenario complejo para conseguir el objetivo que propone este post. La pandemia ha dado lugar a una cantidad ingente de información, desinformación, falsas noticias… nunca nos hemos visto en un contexto tan indefinido, con tan pocas certezas a cerca de algo que determina todas y cada una de nuestras vidas desde hace ya más de un año. Por eso, también es importante educar en el manejo de la incertidumbre, de aceptar que no siempre todo tiene una respuesta, y que, en ocasiones, eso no es lo importante, sino el aprendizaje y crecimiento personal que podemos sacar, incluso de las situaciones más adversas.

Natalia García, Psicóloga en Psikids

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