No quiero comenzar explicando qué es el COVID-19, creo que llevamos tiempo conviviendo con él y podemos hacernos una idea, pero sí quiero hacer una especial mención en el impacto que tiene en nuestra salud dejando, en algunos casos, secuelas importantes que alteran nuestra calidad de vida.
En rasgos generales, las secuelas del COVID-19, a nivel logopédico, pueden ser las siguientes:
- Presencia de disfagia (dificultad para deglutir).
- Problemas de voz (disfonía).
- Afasia o alteración en el lenguaje, perdiendo en mayor o menor medida la capacidad de comunicación (Ictus).
- Disartria o dificultades en el habla.
Al inicio de la pandemia sabíamos que el COVID-19 afectaba en mayor parte al sistema respiratorio; sin embargo, en las últimas investigaciones científicas se ha demostrado que existen otros sistemas que se ven también afectados, algunos de ellos son el Cardiovascular y el Sistema Neurológico, lo que puede conllevar a presentar la siguiente sintomatología, donde los logopedas tienen un papel fundamental para la rehabilitación.
Intentaré explicarme mejor con un claro ejemplo. Una persona con sintomatología respiratoria grave, fiebre, tos o dolor de cabeza acude a urgencias hospitalarias donde le diagnostican COVID-19. Lo primero que se le suministra es la oxigenoterapia que puede hacer que mejore su situación o no.
En caso de no haber mejoría, antes de que el paciente empeore, el protocolo hospitalario indica la realización de una intubación endotraqueal para conectarle a un soporte de ventilación artificial.
Ahora, es importante ponernos en la situación de una persona que ha despertado tras la sedación.
Nada más abrir los ojos se encuentra con tubo endotraqueal que le impide comunicarse. Es decir, esta persona no puede transmitir lo que le duele, lo que piensa o lo que siente. Y las personas de su alrededor no son capaces de entenderle.
En este tipo de situaciones el trabajo logopédico es fundamental para ayudar en esa transmisión de la información mediante el uso de diferentes métodos como por ejemplo, los tableros de comunicación o mediante pictogramas.
De este modo, no solo mejoraría la comunicación del paciente, sino que también se reducirían los niveles de esa ansiedad y estrés.
Después de toda esta experiencia y del periodo de ingreso hospitalario, el paciente es extubado y se encuentra con la imposibilidad de pronunciar o emitir algún sonido. Quiero decir, ese “tubo” que le ha ayudado a recuperarse ha dejado secuelas en sus cuerdas vocales, impidiendo su vibración para la producción de la voz.
Este es el momento perfecto para comenzar con la rehabilitación de la voz y que ese mecanismo vuelva a funcionar con normalidad.
Concretamente, uno de los diagnósticos más comunes es la DISFONÍA, como consecuencia de la intubación. Concretamente si la intubación es larga las cuerdas vocales pueden perder fuerza y verse alterada la mecánica fonatoria o pueden haber sufrido una parálisis. Por otro lado, la calidad de voz se puede ver mermada debido a la insuficiencia respiratoria que pueda presentar el paciente como secuela del Covid-19, alterando la presión subglótica, necesaria para el acercamiento y vibración de las cuerdas vocales esencial para la fonación.
En estos casos podremos observar una voz ronca y poco habitual, además de que el paciente pueda verse afectado por los siguientes síntomas:
- Voz áspera, seca.
- Fatiga respiratoria, corporal y vocal.
- Ronquera o voz sin brillo.
- Presión en el pecho.
- Voz entrecortada.
- Disminución del tono o escala tonal.
- Dolor cervical y pectoral.
- Dolor laríngeo.
Cabe mencionar que el uso prolongado de las mascarillas, necesarias para evitar el contagio por COVID-19, ha incrementado el número de afectaciones por mal uso de la voz, dado que hablamos por encima de nuestro tono e intensidad óptima y respiramos con un patrón inadecuado.
Otro diagnóstico común y no menos importante a la hora de intervenir mediante el tratamiento correspondiente es la DISFAGIA. Muchas de las personas que hayan sufrido Covid-19 pueden perder la capacidad para alimentarse y deglutir correctamente.
Esto puede producirse a causa de la intubación llevada a cabo. Concretamente, el tiempo aquí es clave, ya que cuanto más tiempo permanezca un paciente intubado más riesgos o consecuencias graves podrá sufrir. Además, debemos tener en cuenta que la musculatura bucofacial se ha visto alterada.
Una de ellas es la aparición de una disfagia orofaríngea. Se trata de una alteración en el proceso de la deglución que impide que se realice una alimentación segura y correcta ya que la persona pierde esa capacidad de “tragar” de forma correcta.
El paciente siente sensación de atragantamiento, tos, dolor al tragar, alteración en el manejo de saliva y en el manejo de algunos alimentos concretos (las texturas más duras o densas tienen más dificultad a la hora de ser ingeridas).
Por último, una de las preguntas más sonadas en los últimos meses ha sido ¿cuáles son las afectaciones neurológicas?.
Según los recientes estudios de prevalencia, se han encontrado alteraciones neurológicas en más del
50% de personas diagnosticadas con COVID-19. Estas alteraciones se pueden encontrar tanto a nivel del Sistema Nervioso Central (SNC) como el Sistema Nervioso Periférico (SNP).
Es decir:
- Encefalitis: inflamación de las estructuras cerebrales.
- Ictus
- Epilepsia
- Polineuropatía: degeneración de las fibras musculares.
- Miopatías
- Síndrome Guillain Barré: daña las neuronas y causa debilidad muscular y a veces parálisis.
El paciente puede sentir debilidad, trastornos disejecutivos, trastornos cognitivos, depresión, ansiedad o estrés postraumático.
También es importante tener en cuenta que estas consecuencias pueden aparecer debido a una hospitalización prolongada que puede afectar tanto a nivel funcional como cognitivo.
En este caso podemos hablar de AFASIA. Se ha demostrado que la afectación neurológica por Covid-19 puede llevarse a cabo por dos mecanismos:
- Hipoxia cerebral, disminución de la cantidad de oxígeno en el cerebro.
- O bien por una lesión inmunomediada producida por una inflamación en las paredes de los vasos sanguíneos, pudiendo contribuir a la formación de trombosis.
Dando, en ambos casos, lugar a una alteración en la comunicación y viéndose afectado el lenguaje. Por lo que el paciente pierde la capacidad para transmitir o comprender la información.
Los síntomas pueden ser leves que bien remiten solos o con una rehabilitación respiratoria y pautas.
Pero también pueden aparecer síntomas graves que además comprometen a la calidad de vida y vocal del paciente.
Sea cual sea el diagnóstico o secuelas debido al Covid-19, es muy importante que el comienzo de la rehabilitación del lenguaje se efectúe cuanto antes dado que un tratamiento precoz es más efectivo.
Finalmente, podemos determinar que los logopedas son una pieza determinante en la recuperación de los síntomas post Covid-19.
Hemos comprobado que estos profesionales, junto a otros que pertenecen al equipo de rehabilitación (fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos), ayudarán a las personas afectadas a recuperar su calidad de vida y normalizar su situación.
Esto es, básicamente, tener una alimentación segura y eficaz, volver a comunicarse y tener una capacidad vocal adecuada.