El psiquiatra español Javier Quintero, con amplia experiencia en el tema, nos invita como padres a comprender lo que sucede para actuar en consecuencia, sin engancharnos y con mucho sentido común.
El centro del problema es que nuestros hijos desarrollan dos áreas distintas del cerebro que tardarán en hallar su equilibrio, las dos mencionadas arriba: la amígdala y el núcleo accumbens o hipocampo.
La solución a nuestros problemas es ser el agente que supla la Corteza Prefrontal mientras esta se desarrolla. El doctor Quintero afirma que esta: «es la parte que piensa, anticipa consecuencias de nuestros actos, planifica, organiza, toma decisiones y sobre todo estaría el control de nuestras emociones«. Si tu adolescente no posee la capacidad física para autorregularse, ese es entonces tu papel: ser contundente y normativo.
El amor y la aceptación ocuparán entonces el primer lugar en tu labor con tus jóvenes. Viene entonces al caso la bella frase: «quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando mas lo necesito». Tú eres el adulto, tú ya pasaste por esa etapa, tú ya definiste tu futuro. Él no quiere que te impongas, ni que te cierres o asustes, él o ella desean que te conectes con ellos para acompañarlos en su búsqueda personal.