En este mundo ruidoso que nos ha tocado vivir, los niños no están entrenados para estar en silencio y este es la puerta para estar con uno mismo. El foco de su atención siempre está puesto en algo externo, en la estimulación que desde el entorno se les proporciona. Sin embargo, numerosas investigaciones durante los últimos años han demostrado los beneficios del silencio y la necesidad de entrenar a nuestros hijos a conectar con ellos mismos, poniendo atención plena en su interior, en sus emociones y en sus pensamientos.
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