Ansiedad y Depresión ¿Por qué mi hijo es tan tímido?
Durante la adolescencia se pasa de la infancia a la edad adulta y se producen una serie de cambios físicos y psíquicos que en algunos casos pueden dar lugar a sentimientos de inseguridad. Así los adolescentes son más vulnerables a experimentar sensación de vergüenza, ridículo o temor, lo que puede provocar timidez.
Son muchas las causas de la timidez en la adolescencia y también son muchas las situaciones sociales a las que tienen que hacer frente los adolescentes: empezar un nuevo curso, conocer gente nueva, las primeras citas o las fiestas… todo ello requiere cierta seguridad en uno mismo para no sentirse avergonzado o que los nervios no jueguen una mala pasada.
Los adolescentes tímidos suelen preocuparse en exceso del qué dirán y temen una crítica negativa. La ansiedad que ello provoca puede impedirles realizar algunas actividades con normalidad, por la falta de confianza en sí mismos y el miedo a hacer el ridículo. En algunos casos esto puede hacer que intenten evitarlas.
Con el tiempo la evitación de situaciones sociales puede provocar que el problema se agrave, pudiendo dar lugar a aislamiento y depresión. Además será más difícil que adquiera y ponga en práctica las habilidades sociales necesarias para desarrollarse en la vida adulta.
Los adolescentes son muy sensibles emocionalmente y muchas de sus vivencias en esa época pueden marcar su vida de adultos. Por eso es importante dotar a nuestros hijos de una buena autoestima desde la infancia que les permita enfrentarse a las diferentes situaciones de la vida con seguridad y confianza en sí mismos.
Muchos adolescentes son tímidos pero, ¿Cuándo debemos preocuparnos?
Las consecuencias de la timidez en la adolescencia son claramente negativas, afectan a la estabilidad psicológica, la satisfacción personal y las relaciones con el entorno. La timidez crea problemas sociales, dificulta conocer gente nueva, hacer nuevos amigos y disfrutar de ellos. Es importante que los padres observemos la conducta de nuestros hijos en situaciones, así como asegurarnos de que cuentan con las competencias sociales necesarias para relacionarse de manera adecuada con el entorno.
Existen algunos indicadores que los adolescentes pueden estar sufriendo ansiedad debido a una timidez excesiva:
- Sale poco de casa en su tiempo libre
- Prefiere participar en actividades individuales
- Evita actividades, recados, etc. que implican interacciones con personas desconocidas.
- Evita acudir a eventos sociales como bodas, cumpleaños, etc.
- Se pone nervioso en situaciones en las que puede ser observado (hablar, comer o actuar delante de otras personas)
- Carece de un grupo de amigos de referencia o si lo tiene desde la infancia, evita participar con ellos en situaciones nuevas que implican contacto con otras personas.
Si observamos que la timidez es excesiva ya que causa en nuestro hijo un malestar significativo y le impide funcionar de manera adecuada en alguna de las áreas de su vida (colegio, amigos, familia., etc.), es fundamental acudir a un especialista.
¿Cómo podemos ayudarles a vencer su timidez?
Adoptar una actitud proteccionista es una tentación que debemos evitar. Al contrario, en ese caso, nuestro hijo necesita, gradualmente, que se le fuerce a enfrentarse por sí mismo a las situaciones temidas para ir venciendo la timidez.
La diferencia entre la timidez normal y la patológica es que esta última impide a los chicos desarrollar una vida normal, por la evitación o ansiedad permanente ante situaciones sociales. En esos casos, los padres deben consultar con un especialista para saber cuál es la mejor manera de abordar la situación y ayudar al menor.
En el tratamiento de la ansiedad excesiva ante situaciones sociales o fobia social, el primer paso es el entrenamiento en técnicas de manejo de emociones, en especial en manejo de la ansiedad, seguido de técnicas de afrontamiento.
En este sentido, en PsiKids contamos con nuevas tecnologías nos permiten actualmente trabajar la exposición a los estímulos temidos mediante la realidad virtual. De esta manera los niños y adolescentes (también los adultos) se pueden enfrentar a las situaciones temidas de manera controlada y así reducir la intensidad de la ansiedad que padecen. ¡Pregúntanos!