Mi hijo juega a videojuegos violentos ¿Qué hago?

A día de hoy, jugar a videojuegos es una actividad popular en todas las edades, pero algunos niños y adolescentes dedican a ello una enorme cantidad de tiempo.

La industria del videojuego mueve muchísimo dinero, por eso cada vez los juegos son más sofisticados y realistas. Ciertas plataformas, además dan la opción de conectar con internet, lo que permite que el usuario pueda jugar en línea. De esta forma, los niños y los adolescentes pueden conectar con adultos y desconocidos.

¿Qué provocan los videojuegos violentos?

¿Qué promueven los videojuegos violentos?

Mientras que algunos juegos tienen contenido educativo, otros juegos populares enfatizan temas negativos y promueven:

  • Comportamientos criminales, la falta de respeto por la autoridad y las leyes.
  • El matar a niños, adultos y animales.
  • El uso y abuso de drogas y alcohol.
  • La explotación sexual y la violencia hacia la mujer.
  • Estereotipos raciales, sexuales y de género.
  • El uso de palabras indecentes y gestos obscenos.

Algunos videojuegos pueden promover el aprendizaje y ayudar al desarrollo de destrezas motoras y la coordinación de los niños. Sin embargo, existe una preocupación sobre el efecto que podrían tener los videojuegos violentos en las personas jóvenes, sobre todo cuando juegan en exceso.

Los estudios sobre niños expuestos a violencia han demostrado que a largo plazo éstos puede “inmunizarse” ante el horror de la violencia, incluso llegar a imitarla demostrando un comportamiento más agresivo debido a esta exposición. De esta manera algunos niños aceptan la violencia como una forma de manejar los problemas.

Además el dedicar mucho tiempo a jugar a estos juegos puede:

  • Desembocar en la no adquisición de destrezas sociales, o que éstas sean más pobres.
  • Quitar tiempo para dedicar a la familia, deberes escolares y a otros tipos de ocio.
  • Conducir a fracaso escolar.
  • Favorecer el sedentarismo y generar sobrepeso/obesidad.

Consejos para padres preocupados por este tema

Los padres pueden evitar que sus hijos se vean perjudicados por el uso de estas plataformas, y además ayudar a sus niños para que disfruten de estos juegos.

1- Es importante que antes de adquirir un videojuego, supervisen el contenido del mismo y se aseguren a través del PEGI (Pan European Game Information) sobre las características del mismo.

Existen unos códigos a modo de ilustraciones en la caja de cada videojuego que indican el tipo de contenido que el usuario va a experimentar jugando. Así como la edad mínima recomendada para jugar.

Es curioso ver como algunos padres sí suelen tener muy en cuenta la edad mínima recomendada para que sus hijos vean una película en el cine o en la televisión, pero luego pasan por alto este dato al comprarles videojuegos a sus hijos.

2- Es interesante poder seleccionar junto a los niños los juegos apropiados, tanto por el contenido como por el nivel de su desarrollo. A su vez lo mejor es jugar a videojuegos con los hijos, porque demuestra a los padres el contenido del juego y les ayuda a entender la experiencia que tienen sus niños.

3- Establecer reglas claras acerca del contenido de los juegos y del tiempo que pueden dedicar a jugarlos, tanto dentro como fuera del hogar.

4- Respecto a los juegos que permiten disfrutar de experiencia online, los padres deben advertir a los chicos claramente sobre el peligro potencial de los contactos y relaciones mientras se está jugando, dejando claro que no es recomendable compartir información que no esté relacionada con el proceso de juego.

Cuando a los padres les preocupe el hecho de que su hijo dedica mucho tiempo a jugar a videojuegos, o su actitud tras jugar a juegos violentos; lo primero es establecer límites.

El primer paso puede ser limitar el uso de videojuegos a fines de semana/vacaciones o si se permite el juego entre semana, que sea únicamente durante un periodo corto de tiempo y tras terminar las tareas escolares. Además hay que estimular a los niños a participar en otras actividades fuera de las pantallas.

Si continúa la preocupación sobre el comportamiento del niño o los efectos de los videojuegos violentos, una consulta con un profesional de la salud mental cualificado puede ser de ayuda.

Por Equipo Psikids

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