¿Cómo ayudo a mi hijo a elegir su futuro universitario?

Los estudiantes de último curso se enfrentan a un año complicado, intenso y de ritmo frenético. Llegan a la toma de decisiones sobre su futuro universitario.

Desde el comienzo del curso, la palabra EVAU resuena en sus cabezas cada día. ¿Llegaré? ¿Aprobaré todo? ¿Y si me pongo nervioso ese día y me quedo en blanco? ¿Y si no consigo la nota que necesito?

La EVAU suena igual que esa gran meta después de correr una maratón larga, dura e importante. Al estrés que acompaña en ocasiones a este curso y a la realización de la gran prueba final se añade uno más importante si cabe.

¿Qué quiero estudiar? ¿Qué quiero ser de mayor? ¿Quién quiero ser en unos años?

El futuro universitario; muchas veces un quebradero de cabeza

La toma de decisiones sobre el futuro universitario es un gran quebradero de cabeza para muchas familias. Si el estudiante que se encuentra en último curso es el primer hijo de la familia, tanto el alumno como sus padres se enfrentan a una situación totalmente nueva que requiere un proceso de toma de decisiones importante. Si el estudiante ocupa el segundo puesto, o tercero, o alguno más adelante, la situación no será nueva, pero la decisión igual de importante.

¿Qué podemos hacer para agilizar esta toma de decisiones y sobre todo ayudar a nuestro hijo en este camino? ¿Cómo lo acercamos a lo que más le ilusiona, lo que más le hace brillar, y aquello que le hará más feliz?

1. Conoce sus fortalezas y áreas de mejora

En primer lugar, conocer las fortalezas y áreas de mejora del estudiante es importante. Tratar de pensar en sus actividades favoritas, aquellas tareas en las que destacó desde muy pequeño y que hoy en día le siguen apasionando, tratando de centrarnos en las habilidades que desarrollaba en ellas.  Quizá es muy bueno trabajando en equipo y es capaz de liderar a sus compañeros, tal vez desde muy pequeño destacó hablando en público con desparpajo y claridad, quizá ha tenido una sensibilidad emocional especial desde siempre, es organizado y meticuloso, siempre fue muy curioso y organizado con sus tareas y materiales y consideramos que tenga un don para ello.

Conocer y dar voz a todas esas habilidades y competencias es fundamental para saber dónde está nuestro punto de partida. Podríamos decir que es la equipación con la que contamos para comenzar nuestro maratón en el último curso. Sin esto, no sabremos por dónde empezar y la sensación de pérdida de sentido y de no estar ubicados es más intensa y desagradable.

2. Analiza los centros de estudio

En segundo lugar, una vez sabemos cuáles son esas fortalezas y aquellos puntos fuertes en los que destaco, llega uno de los momentos más importantes.

¿Cuál es mi terreno de juego? ¿Cuántas opciones tengo? ¿Cuál es la mejor opción para mí?

Llega el gran momento de conocer, evaluar y comparar aquellos centros de estudios que más me gustan, más cuadran conmigo y en los que realmente considero que podría vivir una verdadera experiencia universitaria completa, en la que pueda crecer profesionalmente así como personalmente.

Quizá mi prioridad es estudiar en un centro con gran prestigio, con muchos años de experiencia en la docencia, por otro lado puedo priorizar un campus muy atractivo para mi grado, con un centro de simulación médica en su interior, o con esa sala de creación digital que tanto me llama la atención. Quizá el deporte es mi pasión y busco un centro de estudios donde pueda seguir desarrollando esta faceta tan importante de mi vida. Quizá necesito un acompañamiento y un seguimiento por parte de mis profesores más cercano porque es la metodología de estudio con la que más cómodo me siento.  Es posible que priorice la internacionalización de los estudios que quiera hacer ya que formarme y quizá trabajar en el extranjero en un futuro es una de mis metas. Quizá necesito flexibilizar mi formación porque voy a trabajar mientras estudio. Es probable que quiera seguir formándome en los valores que he ido cultivando en los últimos años en mi etapa escolar…

Por todo ello, conocer los centros de estudios es fundamental para tomar la gran decisión. Es igual de importante saber qué voy a estudiar, cómo el dónde voy a estudiarlo. Los grados universitarios, por ejemplo, comparten contenidos y temarios en las diferentes Universidades, pero el enfoque que cada una de ellas hace del mismo, puede ser diferente, y ahí comienza el trabajo personal del alumno y el acompañamiento de la familia para poder evaluar qué centro cumple con los criterios y expectativas que tenemos de los próximos años de nuestra formación.

Hay Universidades y centros con unos procesos de admisión muy exigentes y concretos que, en el caso de ser de tu interés, deberás estar muy pendiente de los plazos de inscripción y realización de las pruebas. Otros centros pueden solicitarte una carta de motivación, quizá te piden una carta de recomendación de algún profesor del último año del colegio o instituto, o la presentación de un portfolio artístico con tus últimos trabajos realizados. Conocer dichos criterios y prepararlos con tiempo será fundamental y nos dará cierta ventaja a la hora de presentar nuestra solicitud de admisión. Si necesitas una nota específica para acceder al grado o estudios que te interesan, busca apoyo durante el curso si lo necesitas para lograr obtener los resultados que te acercan a aquella meta que te gustaría conseguir.

Todo este proceso, que se suma a la exigencia y dificultad del último curso escolar, puede resultar algo estresante o complejo por lo que si necesitas acompañamiento, información y ayuda a lo largo de este importante camino, no dudes en pedirla.

¡Estamos aquí para ayudarte!

María Pérez Terroba, psicóloga en Psikids

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