Las nuevas tecnologías y por ende las redes sociales juegan un papel fundamental en la vida de nuestros hijos. Es la forma que tienen de interactuar con sus iguales, así como de expresar su mundo interno y sus preocupaciones. Sin embargo, pese a sus beneficios, también entrañan riesgos.
Mal uso de las nuevas tecnologías = posibilidad de trastorno mental
En numerosas ocasiones, el mal uso de las redes sociales es el caldo de cultivo de muchos de los trastornos mentales más comunes en los niños y jóvenes de hoy en día. Además, también pueden ser el escenario de muchas situaciones de riesgo a las que no son capaces de enfrentarse por sí mismos, al no disponer de las herramientas necesarias.
Es fundamental que los padres estén familiarizados con las RRSS
Actualmente, los niños y jóvenes crean perfiles en redes sociales sin conocer los verdaderos riesgos a los que se pueden llegar a enfrentar. Por ello, es fundamental que su entorno, especialmente sus padres, conozcan cuáles son las principales redes sociales en las que están sus hijos y qué pueden hacer en ellas. ¿Por qué es tan importante saber en qué red social están? Porque dependiendo de qué red social usen, las interacciones, contenidos, foros y grado de exposición será diferente.
De acuerdo con esta idea, se recomienda que, antes de dotar a los hijos de cualquier dispositivo electrónico (móvil, tablet, ordenador…), padres y madres charlen tranquilamente con ellos acerca de las normas sobre las redes sociales, antes de que se les abran las puertas a este nuevo mundo. La cercanía de los padres, el conocimiento previo de la red social, la claridad en la exposición de las preocupaciones y normas, así como las posibles consecuencias del incumplimiento de dichas normas, son aspectos que los padres deben de tener claros y presentes cuando decidan abordar esa conversación con sus hijos. Para facilitar el cumplimiento de las pautas acordadas entre ambas partes para el buen uso de las nuevas tecnologías, se aconseja redactarlas. El documento será firmado por todos los implicados, con el fin de cumplir con las normas y consecuencias acordadas.
Además, en esa conversación, es importante que padres y madres ayuden a sus hijos a ser conscientes de los posibles riesgos a los que pueden exponerse.
Estas son algunas formas de transmitir estos riesgos:
- “Compartir datos personales puede ponerte en riesgo”.
- “Tienes que tener cuidado con las fotos que compartes en las redes”.
- “Nunca envíes fotos íntimas, aunque confíes mucho en alguien”.
- “Si alguien te envía una foto íntima, no la descargues ni la compartas”.
- “No utilices el móvil para hacer daño a ninguna persona”.
- “No agregues a nadie que no conozcas a tus perfiles”.
- “Si alguien te hace sentir incómodo, desconfía y pide ayuda”.
- “No digas por el móvil nada que no vayas a decir en persona”.
- “No mandes por el móvil nada que no quisieras que viéramos”.
Por último, y siguiendo con esta comunicación bidireccional de dudas y preocupaciones, es fundamental fijar unas normas básicas para todos, con el fin de evitar que las tecnologías provoquen conflictos, tanto dentro como fuera de casa. Algunas de estas normas pueden ser:
- Los dispositivos no serán lo primero ni lo último que utilicemos en el día.
- Los dispositivos nunca estarán encima de la mesa mientras se come o cena. Los dispositivos permanecerán en un lugar común (como el salón) con los chats silenciados.
- Si te llamamos al móvil es fundamental cogerlo al momento.
- Evitar que el móvil sea el despertador, ya que se puede hace un mal uso a la hora de irnos a dormir.
Es fundamental que padres y madres sean ejemplo del cumplimiento de estas normas de convivencia.
Paula Cerrón, psicóloga en Psikids.
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