Los celos son una respuesta adaptativa y evolutiva del niño al hecho de tener que compartir la afectividad y el tiempo de los padres ante la llegada de un nuevo miembro a la unidad familiar. Surgen cuando el niño tiene la sensación de que sus necesidades no están cubiertas como antes.
SE PUEDEN MANIFESTAR DE DIVERSAS FORMAS:
Por un lado, desde el rechazo o rivalidad hacia el hermano realizando conductas como pegar, quitar juguetes, etc. y por otro lado demandando mayor atención a los padres con conductas más regresivas que ya habían superado evolutivamente como no querer dormir solos, retrocesos en la alimentación, control de esfínteres y en la autonomía ya adquirida.
ANTES DEL NACIMIENTO SE RECOMIENDA:
- Organizar las rutinas que se han tenido siempre, alternándose entre los dos miembros de la pareja, con el objeto de integrar al nuevo hermano sin percibir cambios importantes.
- Leer libros junto a los niños sobre el tema, para que tengan su espacio de dudas y de expresión de emociones con respuestas ajustadas a su edad. Explicarles la llegada del hermano como uno más de la estructura o equipo de la familia.
- Que los cambios consecuentes a la próxima llegada del hermano no se hagan próximos al parto, sino cuando aún el niño no lo sepa o falte mucho tiempo (cambio de habitación, de la cuna a la cama, retirada del chupete, etc.).
- Procurar que tome contacto con otros recién nacidos.
EN EL MOMENTO DEL NACIMIENTO:
- Propiciar un ambiente tranquilo cuando vaya a conocer a su hermano, tratando de favorecer que sea solo con la presencia de sus padres, en la intimidad del núcleo familiar (sin bullicio de primos, abuelos… etc.).
- Si es posible, que su recién hermano le espere con un regalo de bienvenida para él/ella.
- Que el bebé esté en el colchón o lugar seguro, no en brazos de mamá y le toque y hable con vigilancia de los padres para comenzar los lazos emocionales.
- Que la madre le tome en brazos a é/ella para que se vea protegido en una situación tan grande de cambio.
CUANDO YA ESTÁ EN CASA:
- Es posible, que cuando llegue su hermano a casa, le cueste más dormir, esté más suspicaz, menos independiente en hábitos o más nervioso. Es un gran cambio en su pequeña vida, e igual que los adultos, al principio, estará más hipervigilante, lo cual no debe confundirse con celos, simplemente se está adaptando.
- Según se analicen los tiempos necesarios para el recién nacido, marcar tiempos definidos y de calidad para el hermano mayor y alternar en esos momentos el progenitor que atenderá al pequeño, expresando al niño que es un tiempo exclusivo para él, como hermano mayor.
- Darle momentos para expresar sus sentimientos con juegos en los que tenga que intercambiar o adoptar distintos roles, jugar en equipo o guardar turnos.
- No hacer caso cuando realice conductas por celos, sabiendo que la conducta que se vaya a ignorar sufrirá un incremento en intensidad y frecuencia. Cuando dichas conductas vayan remitiendo, se debe reforzar el comportamiento alternativo.
- Ante comportamientos colaboradores, adecuados y afectuosos es aconsejable que el niño reciba abrazos y elogios con el fin de fomentar el desarrollo de dichas conductas. El refuerzo a la conducta debe ser inmediato.
- No hacer comparaciones entre hermanos y explicar a familiares que tampoco lo hagan.
- Evitar frases recriminatorias cuando se acerque a su hermano como “no lo toques”, “se te va a caer”, sino al contrario, habría que decirle “qué bien le cuidas, ven a bañar al hermano que lo haces muy bien y le gusta”… etc.
En conclusión, ante la llegada de un hermano es muy importante la colaboración en la pareja para que el niño note los menos cambios y celos posibles, siendo beneficioso marcarse tareas cada progenitor para que el niño note la mayor normalidad ante la llegada del nuevo miembro.
