La fobia social o trastorno de ansiedad social (DSM V) produce un miedo intenso y ansiedad en una o más situaciones sociales.
En los niños, estas situaciones se suelen producir con individuos de su misma edad. Los ejemplos más frecuentes se dan en: las interacciones sociales (mantener conversaciones, reunirse con personas extrañas), al ser observados (comiendo o bebiendo) y al actuar delante de otras personas (hablar en público u otros actividades).
Ante estas situaciones de exposición, el niño o adolescente puede llegar a presentar síntomas físicos relacionados con la ansiedad como la boca seca, enrojecimiento facial, sudoración, voz entrecortada, taquicardias, temblores y otras quejas somáticas como dolor abdominal o diarrea.
¿Cómo darse cuenta?
En los niños, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas, quedarse paralizados, aferrarse, encogerse o el fracaso de hablar en situaciones sociales. Las situaciones sociales en estos niños tienden a evitarse o se resisten con miedo o ansiedad intensa, siendo desproporcionados a la amenaza real planteada por la situación social y el contexto sociocultural. Estos síntomas deben interferir en la vida del paciente y causar un malestar o deterioro significativo durante al menos 6 meses, para poder distinguirlo de los miedos sociales transitorios que son frecuentes en los niños
Cuando se expone a estas situaciones, el niño teme ser evaluado negativamente, juzgado como ansioso (temor a manifestar los síntomas como el rubor, taquicardia, sudoración, temblor, mantener la mirada). Es muy frecuente la asociación de este trastorno con el abandono escolar.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se realiza mediante la entrevista clínica a los padres y al paciente.
La fobia social se ha asociado con factores de riesgo como los rasgos temperamentales (comportamiento inhibido), factores ambientales (como el maltrato infantil o la adversidad) y factores genéticos (componente hereditario en familiares de primer grado).
La prevalencia media en Europa es alrededor del 2%, siendo la edad de inicio media del trastorno los 13 años (entre los 8 y los 15 años). Se observa que el inicio del trastorno puede seguir bruscamente a un factor estresante o aparecer lentamente.
Aproximadamente el 30% de las personas que sufren una fobia social experimentan remisión de la clínica al año. Pero el 60% de las personas que no recibe tratamiento, el curso será de varios años .
Para abordar e tratamiento de estos pacientes, es necesario iniciar:
- Una exposición progresiva o desensibilización para enfrentarse a las situaciones temidas en un entorno controlado.
- Terapia de relajación, para disminuir los niveles de ansiedad.
- Entrenamiento en habilidades sociales.
- Una terapia cognitivo conductual para reestructurar los pensamientos que contribuyen a generar ansiedad en el niño.
- Cuando los síntomas producen un importante deterioro funcional de la vida del paciente, es necesario combinar el tratamiento psicológico con tratamiento farmacológico para disminuir los niveles de ansiedad, utilizando antidepresivos (ISRS, inhibidores selectivos de la recapacitación de serotonina) y ansiolíticos.
En Psikids estamos deseando ayudarte y darte una solución. Si crees que tu hijo está sufriendo episodios de fobia social, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
Mercedes Loro, médico psiquiatra en Psikids.
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