El número de personas que reciben terapia en el Centro de Adicciones Tecnológicas ha aumentado exponencialmente desde el inicio de la pandemia. Y cada vez son más padres los que están preocupados por que sus hijos sufran una adicción a las tecnologías; videojuegos, redes sociales, plataformas digitales…
Las pantallas ocupan cada vez más tiempo en la vida de los niños y adolescentes
Los usos de las tecnologías de la comunicación constituyen, sin lugar a dudas, un signo ineludible de los tiempos actuales. La generación más joven, en la actualidad, está conformada por personas nacidas en la era digital y consiguientemente suelen ser muy icónicos, necesitan de imágenes, símbolos, señalizaciones, colores, luces y sonidos para poder interactuar con dichas tecnologías.
Sin embargo, el uso y abuso de estos saberes tan nuevos para la humanidad, al parecer, no es ni tan aséptico ni tan inocuo, pues es bien conocido en el campo de la Salud Mental una creciente demanda de atención, con cuadros de adicción, que en este caso no está mediado por sustancias tóxicas per se, sino por el abuso y la sobrexposición a estas técnicas. Se trata de adicciones puramente conductuales.
La teoría de la adicción
La vía por la cual llegamos a generar adicción se localiza en la zona del cerebro donde se encuentra el circuito de recompensa cerebral, donde señales asociadas previamente con el consumo o exposición, pueden hacer que el sistema dopaminérgico se active y produzca la experiencia subjetiva del deseo. Esta, evidentemente, no es consciente y se genera en el nivel mesolímbico, es decir, en estructuras cerebrales subcorticales (por debajo del área de la corteza) donde un grupo de neuronas generadoras de dopamina (dopaminérgicas), localizadas a nivel del área tegmental ventral del mesencéfalo, envían proyecciones al núcleo accumbens, otra estructura alojada en los ganglios basales. Luego, desde éste hacia el sistema límbico, incluido el hipocampo, y hacia la corteza frontal, considerándose estas regiones las implicadas en el centro cerebral del placer y de la gratificación, aunque en realidad son el centro de la gratificación y el placer.
Hábitos que pueden denotar una adicción a las tecnologías
Hay una serie de hábitos y costumbres que pueden parecernos inofensivos, y que con el de cursar del tiempo, afectan a la vida cotidiana de aquellos que usan y abusan de estas tecnologías.
- No tiene control: Para el niño es muy difícil parar de usar los dispositivos.
- Ha perdido el interés por todo lo demás: parece que tu hijo solo se siente motivado por las nuevas tecnologías.
- Solo piensa en una cosa: parece que el pequeño solo piensa en sus dispositivos y qué hacer con ellos.
- Su comportamiento interfiere con las relaciones de la familia: su exposición a las pantallas interfiere con las actividades cotidianas de su familia.
- Y produce conflicto y peleas: Además, las relaciones entre los miembros de la familia y él pueden ser muy broncas.
- No usar su tableta le provoca frustración: si no usa sus dispositivos lo pasa mal.
- El niño pasa cada vez más tiempo delante de una pantalla.
- Tu hijo miente para usar los dispositivos.
- Cuando el niño tiene un mal día, los dispositivos parecen ser lo único que le ayuda a sentirse mejor.
El problema de que tenga acceso disponible a internet las 24 horas
La adicción al juego, la ludopatía o juego patológico, suele complicarse más cuando se utiliza la vía online, de fácil acceso, disponible las 24 horas, sin salir de casa, redundando negativamente en la vida de las personas, a veces mermando tiempo de su vida social o de ocio.
Hemos visto que el incremento de apuestas deportivas online, donde la recompensa es inmediata, puede ser verdaderamente devastadora en la población juvenil, con graves consecuencias, derivando al sujeto a otras psicopatologías como la depresión y ansiedad, con elevadas tasas de prevalencia e incidencia de intentos autolíticos o suicidios consumados, pero también abriendo las puertas a otros consumos como el alcohol u otras sustancias.
No tenemos una prevalencia o incidencia concreta o exacta de la adicción al juego, pero la praxis clínica nos está demostrando que es un fenómeno galopante, que después de la pandemia ha ido in crescendo.
Soluciones ante una posible adicción a las nuevas tecnologías
Ante todo este maremágnum de problemas que se nos puede avecinar, se nos presenta algunas soluciones que pasan necesariamente por nuestras dos primeras instituciones de acogida:
- La familia
- El colegio.
Las dos instituciones deben favorecer y enriquecer las relaciones sociales de nuestros hijos; priorizar y enseñarles que debemos priorizar a las personas y a los demás, por encima de la las tecnologías. Que tienen que tomarse interés por los otros seres humanos, fomentar el uso de los ejercicios físicos y actividades lúdicas sanas. Recuperar algunos hábitos que se pierden como el de la lectura, los paseos al aire libre, jugar con otros compañeros y familiares etc…
Los padres debemos estar “ojo avizor” y ser un ejemplo
Muchas veces, la escuela o la familia no se dan cuenta a tiempo de esta, y es necesario la ayuda de un profesional para tratar a su hijo/a y lograr la desintoxicación de dicha adicción que le afectará a la Salud Mental de quienes lo sufren de manera directa o indirectamente (familia y entorno).
A demás, muchas veces no nos damos cuenta, y no somos el mejor ejemplo ya que pasamos demasiado tiempo con el teléfono o delante de la tela. Hay que recordar que “el ejemplo es el mejor maestro”.
Ernesto Cañabate, médico especialista en Psikids.
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