Los tics son frecuentes antes de la pubertad, suelen aparecer más en niños que en niñas. La mayor parte de los tics infantiles desaparecen en la adolescencia.

Hay dos tipos principales de TICS:

  • Los tics simples son movimientos o vocalizaciones súbitos, breves y sin significado que aparecen de manera aislada. Los más habituales son las muecas, las sacudidas rápidas de la cabeza o de miembros.
  • Los tics complejos son movimientos o vocalizaciones orquestados en episodios de mayor duración o bien con un aparente objetivo. Los más frecuentes son los movimientos de masticación, de lanzamiento o de salto.

Según la intensidad, la frecuencia y la diversidad de los tics darán lugar a diferentes cuadros con un amplio espectro de gravedad. Los más leves serían solo tics simples y transitorios que aparecen de manera espontánea mientras que los casos más graves serían aquellos con tics complejos, persistentes y con gran impacto en la vida cotidiana del paciente.

En este último tipo es frecuente que se asocie con otros trastornos, como TDAH, dificultades de aprendizaje o fenómenos obsesivos-compulsivos.

Pero, si detecto TICS ¿qué debo hacer?

Si afecta a la vida del paciente, con interferencia en sus relaciones sociales, en su autoestima y en su calidad de vida, debe ser visto por un profesional médico.

Una vez sea visto por el médico, este decidirá cuál debe ser el mejor abordaje para tratar este problema, teniendo en cuenta los puntos fuertes y débiles tanto del paciente como de su familia. Las intervenciones pueden ser de varios tipos:

  1. De apoyo: tanto a los padres como al niño. Es importante que tanto el paciente como la familia, sepan de la naturaleza y la evolución de los tics. Asociarse a grupos locales que ofrezcan consejos y apoyo emocional es también beneficioso.
  2. Educativas: la colaboración del colegio es muy útil para eliminar el estigma que acompaña al comportamiento del niño en el entorno escolar. Ayudará a que el niño supere el ostracismo o las bromas y provocaciones de sus compañeros.
  3. Psicoterapéuticas: desempeñan un papel importante en la reducción del estrés al abordar la baja autoestima del paciente y aliviar los conflictos familiares o internos asociados a los tics.
  4. Farmacológicas: su utilizará este arma terapéutica cuando sus efectos beneficiosos superen a sus posibles efectos adversos en los casos más graves.

En conclusión, los tics que aparecen de manera aislada y transitoria son frecuentes. Hay varias clases de trastornos de tics, si bien el más grave es el trastorno de Gilles de la Tourette (se caracteriza por muchos tics motores y fónicos que perduran durante más de un año).

Si persiste en el tiempo y/o tiene gran interferencia en el niño, debe ser visto por un especialista. El tratamiento debe ser multidisciplinar: de apoyo, psicoterapéutica, educativa y en los casos más graves, también farmacológico.

Equipo Psikids

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