¡Mamá no puedo dormir!
Es relativamente frecuente que alguna noche nuestro hijo o hija tenga dificultades para coger el sueño. Si es algo puntual, no deberíamos preocuparnos. Sin embargo, si suele ser la norma que el niño o niña tenga problemas para que se duerma, entonces habría que indagar y ver qué se pueda hacer para resolver esta complicación.
La mayoría de trastornos del sueño son comunes y tienen tratamiento.
Lo principal es que el niño o niña tenga una buena rutina para irse a la cama.
Consejos de buenas rutinas para irse a la cama
- Intentar, dentro de lo posible, establecer un horario fijo. Es más fácil que, de esta manera, se acostumbre a irse a dormir a una determinada hora.
- Evitar el uso de bebidas estimulantes al final de la tarde. Esto minimizaría la posibilidad de sobre-estimulación que podría entorpecer la conciliación del sueño.
- Establecer una “liturgia del sueño”. Organizar una serie de actividades, cada vez más relajantes, con vistas a ir bajando la actividad del niño o niña y así facilitar el sueño. Por ejemplo, ducharse, ver durante unos minutos la televisión hasta que esté la cena preparada, cenar en familia, lavarse los dientes, un cuento y a dormir…
- Evitar que el niño o niña se meta en la cama con una tablet o teléfono móvil (en general un aparato electrónico). Son dispositivos que activan a los niños y consiguen el efecto contrario al deseado; en vez de ayudar, hacen que cueste mucho más la conciliación del sueño.
- Evitar siestas demasiado largas (no deberían durar más de 30-40 minutos), ya que es un complemento del sueño nocturno.
- Limitar la actividad física intensa una o dos horas antes de acostarse. Ejercitar el cuerpo poco antes de ir a la cama estimula al niño o niña, más que relajarlo.
- Por último, los padres deben servir como modelos a sus hijos para una buena pauta de sueño.
No es bueno para la familia que se queden con la duda de si su hijo o hija sufre un trastorno del sueño. En este tema hay muchos “mitos” populares y consejos que pueden llevarnos a confusión. Por ello, ante cualquier duda se debe visitar al pediatra.