La tartamudez en la infancia se encuentra recogido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) como trastorno de la fluidez de inicio en la infancia.
El tartamudeo es una alteración en la fluidez y en la organización temporal del habla inadecuadas para la edad y habilidades de lenguaje del niño/a. Además, debe persistir en el tiempo y presentar 2 o más características de las que comentaremos más adelante.
Sin embargo, la presencia de disfluencias en la primera infancia (2-5 años) no siempre deriva en cuadro crónico de tartamudez. De hecho, un 5% de niños/as a esas edades desarrollan disfluencias evolutivas, de los cuales un 80% se recuperan con normalidad en semanas o meses, de manera espontánea, sin necesidad de intervención directa.
¿En qué consisten las disfluencias evolutivas?
Es la alteración de la fluidez del habla que aparece durante un periodo de tiempo concreto y luego remite y desaparece sin necesidad de intervención específica. Suelen aparecer entre los 2,5 y 5 años, que coincide con el período de expansión del desarrollo del lenguaje, en que comienzan a combinar varias palabras y a formar sus primeras frases. Estas se caracterizan por que el niño…
- Repite frases.
- Repite palabras polisílabas.
- Repite sílabas, pero menos de 3 unidades. (pi-pi-stola).
Un aspecto fundamental para distinguirlas del tartamudeo es que aquí no existe tensión muscular al hablar, ni evitaciones de situaciones de habla y/o de palabras concretas, ni hay movimientos asociados o TICs.
¿Y las disfluencias normales?
- Repite palabras enteras o frases.
- Repite interjecciones.
- Emite frases incompletas.
- Realiza pausas vacías.
¿Cuáles son las características de la tartamudez infantil?
Para considerar el diagnóstico del tartamudeo infantil, el niño/a deberá tener más de 5 años y haber presentado con anterioridad disfluencias evolutivas que han persistido en el tiempo. Además, deberán estar presentes 2 o más de los siguientes síntomas en el habla:
- Repetición de sonidos, sílabas, sonidos o palabras monosílabas (pa-pa-pa-paso).
- Prolongación de sonidos de consonantes y de vocales (paaaaaaso).
- Fragmentación de palabras (pa … so).
- Bloqueo en el habla audible o silencioso (pa…).
- Circunloquios (sustitución de palabras para evitar otras problemáticas).
- Producción de palabras con exceso de tensión.
Sin embargo, deberá descartarse la existencia de algún déficit motor o sensitivo del habla, alteraciones neurológicas u otra afección médica. ¡Cuidado! En ocasiones, el tartamudeo podría confundirse con: un déficit sensitivo, disfluencias normales del habla, efectos secundarios de alguna medicación, Síndrome de Tourette u otro tipo de trastorno de la fluidez del habla (tartamudez neurogénica, taquifemia, etc.).
Quizás la característica CLAVE cuando nos encontramos frente a un caso de tartamudez establecida sea la aparición de ansiedad ante situaciones comunicativas, una disminución en la participación social, rendimiento académico y/o laboral.
Por esta última característica, el abordaje de la tartamudez será a manos del logopeda y del psicólogo de manera conjunta. Cabe destacar que la intervención directa con el niño/a sólo se llevará a cabo cuando ésta sea crónica o establecida (+5 años) y exista tal diagnóstico. Durante los años previos (2-5 años) se desaconseja el tratamiento logopédico/psicológico y se recomienda a las familias actuar con normalidad ante las disfluencias, ofreciendo modelos correctos del habla, no corrigiendo ni metiendo presión en las situaciones comunicativas e incluso acudir a asesoramiento logopédico para actuar correctamente desde casa. Los padres juegan un papel FUNDAMENTAL en la correcta evolución y remisión de las disfluencias evolutivas.
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Lucia Gandolfo, Psicóloga en Psikids.
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