Autoexigencia en niños y adolescentes ¿Cómo ayudarlos?

La autoexigencia es una cualidad que nos permite el logro de objetivos y que implica una actitud determinante, firme y cierto nivel de responsabilidad. Esta cualidad puede vivirse de una forma ajustada sin generar alto niveles de desequilibrio, pero también se puede vivir de una forma totalmente desajustada produciendo altos niveles de estrés en aquellas personas que se exigen demasiado a si mismas, sin tener en cuenta sus capacidades y limitaciones o su momento evolutivo, es decir, cuando intenta ir más allá de lo que puede dar en un momento concreto.

Niños autoexigentes consigo mismos

Características del niñ@ autoexigente

  • Son perseverantes, trabajadores y se esfuerzan al máximo, incluso por encima de sus capacidades.
  • Intentan hacer siempre las cosas bien. No toleran cometer un error, siendo muy duros con ellos mismos ante cualquier fallo.
  • Tienen un estilo de pensamiento rígido, les cuesta tolerar los cambios.
  • Pueden llegar a evitar enfrentarse a una tarea o situación por miedo a no obtener el resultado que esperan.
  • Se focalizan sólo en los aspectos negativos.
  • Únicamente se fijan en el resultado y no en el proceso.
  • Sienten mucho miedo al fracaso
  • Tienen mucha necesidad de reconocimiento.
  • Su autoestima varía en función de los resultados.

Consecuencias de una elevada autoexigencia

  • Baja autoestima.
  • Depresión.
  • Ansiedad.
  • Problemas en las relaciones sociales.

¿Cómo ayudar a tu hij@ a gestionar el exceso de exigencia?

La autoexigencia implica la presencia de emociones, sentimientos, creencias y pensamientos que hay que ayudar a los niños a gestionar para que se desarrolle de una forma equilibrada y sana.

  • No trasmitirle expectativas poco correspondientes a su edad cronológica.
  • Potenciar su autoestima valorando, no sólo sus capacidades, sino también aspectos positivos de su personalidad.
  • Normalizar la comisión de errores y fallos, hablando abiertamente sobre ellos sin juzgarlos y estar abiertos a ayudarle a solucionarlos.
  • Reforzarle positivamente no solo por el resultado, sino también por el proceso.
  • No mostrar decepción ni enfado si no cumple con las expectativas.
  • Gestionar las autoexigencias propias.

Isabel González, médico psiquiatra en Psikids.

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