Después de tanto hacerse esperar, parece que el verano ya nos acompaña. El sol nos invita a salir de terrazas, a pasar fines de semana de barbacoa, vemos como los puestos de helados se llenan de gente… todo parece que se complica para poder cuidar nuestra alimentación.
La mayoría de las personas comentan, que durante el verano han engordado, por lo que una buena época para empezar las dietas suele ser septiembre u octubre, donde las consultas de nutrición se empiezan a llenar. Pero…
¿Realmente en verano no podemos cuidar nuestra alimentación?
En este post vamos a señalar algunos beneficios del verano para cuidarnos
Es verdad que el sol y el calor nos animan a salir, y que los aperitivos de las terrazas normalmente no son muy saludables, pero el sol es uno de los mejores aliados para empezar a movernos y comenzar el hábito de la actividad física. Eso sí, recordando siempre no realizarla en las horas de máxima exposición solar.
Temporada de fruta y verdura
La época del año en la que la variabilidad de verduras y frutas es mayor resulta que también es el verano, por lo que podemos aprovecharlo para introducir, siempre que podamos, verduras en forma de ensalada, o de sopas frías, en cualquier comida o cena. Algunos ejemplos apetecibles y típicos de esta época del año son:
- Gazpacho
- Sopa fría de pepino
- Crema de aguacate y calabacín
- Sopa fría de tomate y almendras
- Ensalada verde
Estas son algunas opciones sanas para comer este verano. A continuación os dejamos la riquísima receta de la crema de aguacate y calabacín, a ver si os animáis a probarla.
Toma fruta y verdura de forma diferente
En este punto, es conveniente recordar, que podemos realizar ensaladas no solo de lechuga, sino también utilizar como base algún alimento procedente de los cereales como: arroz, pasta, quinoa.., y completarlas con verduras o frutas, si queremos darles un toque dulce, para realizar riquísimas y nutritivas ensaladas.

Lo mismo ocurre con la fruta; la media mañana y la merienda son un buen momento para tomarnos una pieza de fruta fresquita, o bien para realizar algún batido o helado casero. Un truco que podemos poner en práctica es intentar tener en casa variedades de helados caseros, antes que recurrir a los helados comerciales, los cuales presentan una elevada concentración de azúcar añadido.
Aquí dejamos algunas de recetas para estos helados caseros:
- Helado de frutos rojos y yogur: Batimos durante un par de minutos un yogur con un puñado de frutos rojos que previamente hemos congelado, y un zumo de ½ naranja. Aunque ya estaría listo para consumir, lo podemos meter en el congelador para que todavía quede más fresquito. Esta receta suele ser para 1-2 personas.
- Helado de mango y coco: Trituramos un plátano y un mango congelados, junto con un poco de bebida de coco. Lo mismo que en la receta anterior; podemos consumirlo directamente o introducirlo en el congelador. La receta es para 1-2 personas. Según lo golosos que seamos.
Este tipo de batidos-helados son una buena opción de postre cuando uno hace una barbacoa o va a casa de un amigo a comer.
Zumos por refrescos
El consumo de refrescos también se dispara durante esta época del año. Una alternativa es recurrir a alguna opción más saludable. Por ejemplo, si salimos de terrazas, pedir zumo de tomate o infusiones con limón y hielo. Para casa están muy de moda las aguas aromatizadas con hierbabuena, menta o limón. A parte de hidratarnos, su sabor es muy similar al de algunas bebidas industrializadas con elevada cantidad de azúcares. Se trata de opciones más saludables.
En relación a los aperitivos, podemos pedir siempre que exista la oportunidad, aceitunas, encurtidos, frutos secos tostados sin sal o una tapa de jamón o queso.
Espero que este post os haya servido para recopilar ideas que os ayuden a ver de una manera diferente el verano. Desde la faceta del cuidado.
¡Feliz Verano!
Escrito por el equipo Psikids.
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