A menudo podemos sentirnos cansados, agotados, sobrepasados…, sentimos un peso excesivo de todo lo que nos rodea: trabajo, pareja, hijos, amigos, etc. Encontrarse sin ganas de nada puede llegar a generar malestar, produciendo desmotivación y sin deseos de realizar nada. Y es que la abulia hace referencia a la falta de voluntad, motivación e iniciativa.
La abulia significa literalmente ‘sin voluntad’ y es un estado emocional que, quién lo padece, tiende a experimentar una sensación constante de pérdida de la iniciativa y la espontaneidad, lentitud de pensamiento, impotencia y problemas para tomar decisiones, costándole mucho esfuerzo comenzar o mantener una actividad por sencilla que sea. También implica una falta de interés y ausencia de respuestas emocionales ante las cosas que antes producían satisfacción.
Abulia, anhedobia y astenia
En ocasiones, la abulia puede ser confundida con anhedonia o astenia. Es cierto que los tres términos se desarrollan muy cerca de los trastornos depresivos y, en ocasiones, pueden aparecer juntas, conformando una horquilla muy desgastante. Sin embargo, cada una de ellas tiene particularidades propias.
Entendemos anhedonia como la pérdida de la capacidad de disfrutar de las cosas. Y la astenia es la sensación continua de fatiga y debilidad generalizada, que impide realizar tareas rutinarias que, en condiciones normales, se harían sin dificultad.
Este tipo de agotamiento es distinto al que uno experimenta tras el trabajo o un intenso día. La abulia aparece sin necesitad de haber llevado a cabo un gran esfuerzo y puede aparecer de manera muy liviana en algunas personas y en otras, con patologías muy severas afectando incluso a su entorno.
Las principales características de este malestar son:
- Cansancio, fatiga y desmotivación para llevar a cabo las tareas cotidianas.
- Falta de iniciativa y pérdida de la capacidad para tomar decisiones
- Incapacidad de dar respuesta a las necesidades del entorno
- Movimientos motores, habla y pensamiento se enlentecen
- Pérdida de habilidades sociales
- Incapacidad de reaccionar ante los estímulos
- Embotamiento emocional
- En casos muy extremos, se puede llegar a desarrollar mutismo.
Debemos puntualizar que la abulia esta presente en toda la población, incluida la infantil y es imprescindible saber qué es lo que la origina. Descansar, irse de vacaciones, desconectar de la rutina o dormir diez horas, son los primeros consejos que uno recibe de sus más allegados y no ayudan para el alivio de esta sintomatología. La abulia es un síntoma presente en diferentes trastornos, por lo que no es conveniente dejarla pasar. Debemos de acudir a un profesional para su valoración y tratamiento.
El tratamiento dependerá de su origen y/o condición médica. Las principales herramientas son los fármacos y la terapia psicológica. Es necesario dotar al paciente de herramientas de gestión y regulación emocional, es imprescindible trabajar en el aumento de su motivación y, en consecuencia, que vuelva a tener el control.
Por Alejandra Maya Mendia, Psicóloga en Psikids
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