El confinamiento obligado impuesto por el Gobierno español para hacer frente a la propagación del coronavirus no resulta sencillo para nadie, pero, sin duda, menos aún para aquellas personas que ya sufren una patología mental previa. Es el caso, por ejemplo, de los individuos con depresión diagnosticada –cuya cifra se estima que supera los dos millones y medio en nuestro país, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)–, una patología que dado lo extraordinario de la situación actual, «puede incrementarse entre personas con un estado interior frágil si solo se centran en lo negativo», asegura Irina de la Flor, directora del máster en Inteligencia Consciente de la Escuela de Salud Integrativa.
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